Una lágrima que baña una cara inocente y plena de tristeza bajo un manto de humildad sumido en la desigualdad.
En sus ojos se refleja la transparencia de una vida sin ilusiones, su mirada no ve más allá que la desolación y su esperanza… su esperanza está marcada por el amanecer de un día más.
Él no eligió su destino, vino al mundo queriendo ser alguien y sólo ha conseguido un paso fugaz por esta dura vida que no tuvo oportunidad de vivirla. Su recuerdo… abono del lugar que le vio nacer. Tan cruel y real que paraliza.
Un amor que no conoce, pues el único sentimiento que es su amigo es la desdicha. Preguntas sin respuesta que ni tan siquiera son capaz de plantearse.
Desesperación extrema que no es calmada, momentos de debilidad más fuertes que el sentir que te apagas, risas que desconocen el significado de la alegría, sueldos pagados con la más pura crueldad que nunca entenderían, bostezos que derivan de un retrato de hipocresía, sueños que no son sueños sino más bien pesadillas, no querer despertar nunca porque la realidad es peor que la ficción de una película.
Asfixia, asfixia…
Valentía sentida, héroes del silencio y eternos olvidados en el horizonte de la lejanía.
Sin ropa, sin comida, sin amor, ni disciplina… qué importa. Todos tenemos derecho a la igualdad, al respeto y a una vida digna.
Y es que, “Cada uno recoge lo que siembra” que fácil ¿verdad? Siembras bondad y ¿qué recoges?… ¿desigualdad?¿olvido?¿injusticia?¿hambre?¿sed?... ¿MUERTE?
Bajo el mismo cielo pero unos iluminados por un sol más duro, más dañino, más injusto.
Su desnudez es el ejemplo evidente de una respuesta clara, quiero vivir…
Un círculo que por vez primera no guarda esa concordancia y equivalencia a la que estamos acostumbrados. Norte y Sur, tan diferentes y no por su posición en un mapa que marca tales distancias incomprendidas. Que increíble sería si la tierra fuera plana y todos conviviéramos al mismo nivel.
Diplomados en humanidad, Licenciados en amor y con un Máster de fortaleza, ¿qué más se puede pedir para encontrar esa desconocida Ilusión que se olvidaron de impartir en sus clases educativas?
Que diferente suena, mamá que hay de comer a mamá quiero vivir.
Un túnel por el que pasan a diario miles como él. Están sentenciados a cumplir una condena que se les ha impuesto sin cometer crimen alguno. Su único delito es haber nacido en un sitio equivocado, o simplemente haber nacido.
Tú que quizás estés leyendo este escrito, y tal vez yo que lo estoy escribiendo en este preciso momento, ¿emocionados? ¿si? ¿y mañana? Que hipócritas… mañana seguiremos disfrutando de esa suerte que nos ha tocado sin pensar más allá de esas barreras que creemos que nos separan.
Que injusto que esta decisión dependa del azar, si ellos ni siquiera tienen con que jugar. Qué ironía…
Multitud sin identidad englobados en una masa sin ingredientes. Melodía que suena en su interior sin voz que la defina. Dolor que no es curado, heridas que jamás podrán ser sanadas, imágenes que pasan a través de nuestros ojos normalizadas.
¿Qué elegir? la palabra “elección” marca la mayor parte de nuestras decisiones en nuestra vida diaria: “Sí” o “No”, “Blanco” o “Negro”, “Norte” o “Sur”, ellos, sin embargo no conocen ese término pues no tienen alternativas, lo que ven es a lo que tienen que ceñirse… NO, NEGRO, OSCURIDAD, DESAMPARO, SUR pero eso sí un mismo corazón.
Somos iguales, somos personas ¿por qué? No lo merecen…
Un llanto que se silencia, un infinito que sí tiene final, un final drástico y casi seguro, una lluvia que no cesa desbordando esas caritas tersas que no conocerán arrugas, unos pies descalzos que no seguirán otro camino más que el de aquellos senderos plagados de espinas.
Me rio yo del destino, de la casualidad, de la suerte, palabras inventadas por aquellos que quieren justificar esa distancia entre ellos y nosotros cuando en realidad esa distancia es la que hemos propiciado nosotros mismos.
Pensemos un poco en ello, recapacitemos, si no estamos dispuestos a ayudar por lo menos tenemos que valorar lo que tenemos y dejar de intentar buscar lo negativo a una positividad continua. ¿Son tan graves esos problemas que creemos tener? El verdadero problema es que ahora mismo, en este mismo instante que estás leyendo cada una de estas palabras, esta también… y esta… y-e-s-t-a-,--e-s-t-a---t-a-m-b-i-e-n… está muriendo alguien no muy lejos de aquí.
Y a pesar de todo, su respuesta siempre es... una sonrisa...
MIS HÉROES
Carolina.
ResponderEliminarSoy Pepe, uno de los componentes de tu familia de Castellón.
Acabo de descubrir tu blog, de leer uno de tus artículos y de "engancharme" a tus escritos.
Desde este mismo momento, cuenta conmigo entre tus forofos, "fósforos" les llama Carlos Herrera.
Un beso y que pases unas Navidades muy felices con tu familia, pues sé que vendrás a Alicante a pasarla con tus padres.